IA y Defensa Nacional: ¿Cómo se preparan los países para la guerra algorítmica?

En el siglo XXI, los conflictos armados dejaron de ser un asunto puramente humano. La inteligencia artificial se ha convertido en un componente clave en los sistemas de defensa de las principales potencias mundiales. La automatización del campo de batalla ya es una realidad: drones autónomos, sistemas de vigilancia basados en machine learning y plataformas de ciberdefensa que actúan sin intervención humana son parte del presente, no del futuro. La carrera por dominar esta nueva forma de guerra ha comenzado y América Latina, aunque rezagada, también empieza a dar los primeros pasos.

El nacimiento de la guerra algorítmica

Los conflictos modernos se libran en múltiples frentes. En ese sentido, se define este nuevo concepto como el paso de la «guerra industrial» a la «guerra informática». En lugar de tanques y misiles convencionales, los países compiten por sistemas autónomos capaces de recopilar, procesar y actuar sobre información en tiempo real.

Para sorpresa de pocos, Estados Unidos lidera esta transformación. En 2021, el Pentágono anunció su estrategia de «Joint All-Domain Command and Control» (JADC2), un programa que usa IA para integrar datos de todos los dominios (aéreo, terrestre, marítimo, espacial y cibernético). El objetivo es claro: acelerar la toma de decisiones y responder a amenazas en cuestión de segundos. El sistema permite que un dron identifique una amenaza, la clasifique y actúe sin esperar autorización humana, siempre bajo supervisión legal y política.

Por su parte, China no se queda atrás. Según el informe «Artificial Intelligence and National Security» (2023) del Center for Security and Emerging Technology (CSET), el gobierno chino invirtió más de USD 12.000 millones en IA aplicada a defensa desde 2016. El desarrollo de drones de combate como el GJ-11 y plataformas de guerra electrónica impulsadas por machine learning son ejemplos concretos. Además, el ejército chino apuesta por la integración de IA en la toma de decisiones estratégicas y el reconocimiento facial para controlar zonas de conflicto.

Armas autónomas y la polémica global

Uno de los grandes desafíos éticos gira en torno a los Sistemas de Armas Autónomas Letales (LAWS, por sus siglas en inglés). Se trata de dispositivos que pueden seleccionar y atacar objetivos sin intervención humana directa. En 2020, un informe de las Naciones Unidas documentó el uso de un dron Kargu-2, de fabricación turca, en Libia. La nave habría atacado a soldados de forma autónoma, marcando el primer caso registrado de un sistema letal sin control humano en combate real.

El debate sobre la prohibición o regulación de estas armas sigue abierto. Más de 60 países, incluidos Brasil, México y Argentina, apoyan negociaciones en la ONU para establecer un marco legal internacional que regule estos sistemas, según datos de Human Rights Watch (2024). Sin embargo -y nuevamente para sorpresa de pocos- las potencias que lideran el desarrollo de IA militar rechazan cualquier tratado vinculante.

La defensa cibernética y el rol de la IA

Más allá del campo de batalla físico, la guerra ahora también se traslada al ciberespacio. La Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. (NSA) y el Ministerio de Seguridad del Estado de China utilizan IA para identificar vulnerabilidades en redes críticas y anticipar ataques cibernéticos.

En América Latina, los avances son limitados pero relevantes. En esa línea, nuestro país posee actualmente un plan específico respecto a esta temática, llamada “Segunda Estrategia Nacional de Ciberseguridad”. Se inició con un proceso de Consulta Pública en Enero de 2023 y contó con aportes de todos los sectores interesados en la materia, desde públicos, privados, académicos, organismos y entidades internacionales. Esta dinámica colaborativa se volcó en un documento redactado por el Comité Nacional de Ciberseguridad.

¿El objetivo? Entender a la ciberseguridad como un elemento fundamental a la hora de tratar la Defensa Nacional, previniendo acciones que puedan afectar o atentar contra la Administración del Estado. Por caso, la Estrategia incorpora no solamente desarrollos tecnológicos como Internet de las Cosas (IoT), 5G y servicios de nube, sino que lo hace desde una mirada con perspectiva de género y con eje en los derechos humanos.

En enero de este año, el Ministerio de Seguridad promulgó el “Plan Federal de Prevención de Ciberdelitos y Gestión Estratégica de la Ciberseguridad”, destacando la importancia de la ciberseguridad como elemento estratégico para proteger la infraestructura crítica del país, garantizar la seguridad nacional y preservar la confianza de la ciudadanía en el entorno digital.

América Latina en la carrera de la IA militar

Brasil lidera la región en materia de IA aplicada a la defensa. El «Sistema de Defensa Cibernética» usa IA para identificar amenazas en tiempo real y proteger la infraestructura crítica nacional. Además, el Instituto Militar de Ingeniería (IME) de Río de Janeiro desarrolla drones autónomos para vigilancia fronteriza.

Chile, por su parte, lanzó en 2023 su Estrategia Nacional de Ciberseguridad, que contempla el uso de IA en la defensa de redes gubernamentales. Colombia y México también han implementado programas piloto de vigilancia fronteriza con drones autónomos.

Argentina tiene potencial para insertarse en la discusión global sobre la regulación de la IA en defensa, pero enfrenta limitaciones presupuestarias y normativas. La falta de un marco legal específico sobre armas autónomas y sistemas de IA militar impide avanzar con claridad. No obstante, el desarrollo de capacidades en ciberdefensa y la participación en debates multilaterales pueden posicionar al país como un actor relevante.

La realidad concreta es que el futuro de la defensa nacional está cada vez más vinculado a los algoritmos. La pregunta ya no es si habrá una guerra algorítmica, sino cuándo. Y, sobre todo, quién la controlará. Acá, lamentablemente, lo viejo, ya no funciona.

Instituto de Innovación Digital CiudadanIA.

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