Ojo con el agua.
¿Qué tiene que ver el agua con la inteligencia artificial? Más de lo que pensas.
Para procesar los enormes volúmenes de datos que demanda la inteligencia artificial, se requieren servidores potentes… y mucha agua dulce. Este recurso, tan valioso como escaso, se usa en grandes cantidades en las torres de enfriamiento que impiden el sobrecalentamiento de los centros de datos.
No se trata de dejar de usar agua, sino de plantear un problema urgente: ¿pueden los magnates tecnológicos seguir usando un bien común como si fuera ilimitado? El futuro no puede construirse evaporando nuestros recursos naturales. A problemas extraordinarios, soluciones extraordinarias. Es hora de que las grandes empresas piensen alternativas reales y sostenibles para no hipotecar lo que nos queda.