Ciencia en emergencia.


Subejecución presupuestaria, incumplimiento de la Ley de Financiamiento, salarios de pobreza, imposibilidad de ingresos al CONICET, adeudamiento de pago de subsidios y becas, y congelamiento de convocatorias y proyectos tecnológicos son la realidad cotidiana de la ciencia argentina. Diversos referentes se reunieron en el Congreso para expresar reclamos y debatir acciones en defensa del sector científico-tecnológico.


“El diagnóstico es el mismo que venimos viendo y si lo ponemos en números es aterrador”, dijo el diputado Daniel Gollán para intentar graficar el momento que vive actualmente el sector de ciencia y tecnología (CyT) en la Argentina. Fue durante la reunión que Gollán encabezó como presidente de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación el martes 15 de abril, a la que asistieron referentes de esta comunidad y a la que fue invitado una vez más el secretario de Innovación, Ciencia y Tecnología, Darío Genua, que nuevamente estuvo ausente por cuestiones de agenda. También se lamentó la ausencia de diputados de diversos sectores políticos que no se hicieron presentes.

La magra ejecución presupuestaria y el incumplimiento de la Ley de Financiamiento de la Ciencia, la imposibilidad de ingresos a la carrera de investigador del CONICET –inclusive para quienes ya tienen aprobado su ingreso desde hace años–, el adeudamiento de pago de subsidios y becas, el retraso salarial en investigación y docencia, el congelamiento de convocatorias y proyectos tecnológicos fueron solo algunos de los reclamos que se escucharon en el Anexo del Congreso Nacional, en la que muchos ya califican como una de las peores crisis de la historia para la ciencia argentina.

“Hay una enorme subejecución y deuda flotante por parte de los organismos, con gastos que están devengados pero no se transfieren. No solo no hay ingresos al CONICET sino que no terminan de ingresar los de convocatorias anteriores y hay un 30% menos de aspirantes. Si uno recorre laboratorios encuentra equipos rotos con los cuales no se pueden prestar servicios ni siquiera a empresas privadas que los han contratado. Y vemos un éxodo en el sistema para continuar en el exterior o abandonan la carrera científica para ir a empresas privadas”, dijo Gollán.

El presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología instó a que el sector se movilice para convocar a una consulta popular vinculante en base al artículo 40 de la Constitución Nacional, tras el veto presidencial a la ley de financiamiento universitario, y también recordó que se presentó una denuncia penal contra el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, por incumplimiento de los deberes de funcionario público y administración faudulenta por los fondos disponibles que no se ejecutan para el sistema científico-tecnológico.

«El monto que recibimos a cuentagotas de los proyectos que hemos ganado es el 1% de lo que pagan actualmente fondos similares en Uruguay, Chile o México», dijo Levi.

Uno de los expositores de la jornada fue Diego Hurtado, quien fuera secretario de Políticas del exMinisterio de Ciencia (MINCYT). “El secretario Genua lanzó un plan estratégico que es de una carilla y media, en un tuit. Cuando hablo de degradación insitucional me quedo corto. Hay un plan nacional que fue aprobado por ley en octubre de 2023 con el consenso de las fuerzas que en ese momento representaban al pueblo en la democracia argentina. Genua dice ese plan le parece espantoso y así está insultando a todos los actores sociales que participaron de la elaboración del plan: cámaras empresarias, organizaciones sociales, y las mismas provincias, entre otros actores”. Y agregó: “Lo que estamos viendo es una política que privilegia una economía primarizada y promueve un grave proceso de desindustrialización”.

Roberto Salvarezza, ex titular del MINCYT y actual presidente de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) de la Provincia de Buenos Aires, advirtió que la subejecución presupuestaria es todavía más grave de lo que se cree. «Se dice que el año pasado se ejecutó solo el 30% del presupuesto de CyT pero en realidad fue el 12% porque el resto corresponde a una transferencia a ARSAT, que no tiene nada que ver con ciencia y tecnología, sino a una nueva función que se la ha agregado a la Secretaría. Genua, durante el período que ha gestionado, ha demostrado que incumple sus deberes de funcionario público al no ejecutar una ley de financiamiento que está vigente y va a tener que dar respuestas a eso».

Salvarezza también resaltó el abandono que hizo esta gestión del Programa de Federalización de la Ciencia. «Este programa tenía 49.000 millones de pesos que correspondían a obras de infraestructura y equipamiento, y cuya ejecución del año pasado fue cero. Este año vuelve a disponer de otros 49.000 millones para las provincias y nuevamente la ejecución es cero. Es una situación escandalosa, que ya es responsabilidad de la Jefatura de Gabinete, de la cual depende. En las provincias han quedado edificios a medio construir, equipamiento que no se va a comprar, y que termina en una pérdida de federalismo, de capacidades científicas y tecnológicas en el todo el país».

Desde la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (RAICYT), Valeria Levi, que es vicedecana de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, recordó que la Agencia I+D+i está totalmente paralizada y que lo que se paga por subsidios anteriores está totalmente desactualizado. “Se pasó de unas 40 convocatorias a proyectos en 2023 a cero entre 2024 y 2025. El monto que recibimos a cuentagotas de los proyectos que hemos ganado es el 1% de lo que pagan actualmente fondos similares en Uruguay, Chile o México. No estamos hablando de Estados Unidos ni Israel, ni ninguno de los países que el Gobierno toma como modelo”, sostuvo.

Jorge Geffner, director del Departamento de Microbiología de la Facultad de Medicina de la UBA y también miembro de la RAICYT, dijo: “Nos preocupa mucho el ritmo de destrucción del sistema científico, que es atroz. Si no logramos hacer algo durante este año estaremos perdiendo entre el 35% y el 40% de los recursos humanos en el sector. Estamos hablando de jóvenes que están haciendo el doctorado, de jóvenes investigadores que deciden no continuar su carrera o irse al exterior. La pérdida de poder adquisito que estamos viviendo es insostenible, los becarios están por debajo del salario mínimo, de hambre, y cada vez más investigadores piden licencia, se desmantelan los grupos de trabajo”.

«No solo no hay ingresos al CONICET sino que no terminan de ingresar los de convocatorias anteriores y hay un 30% menos de aspirantes», dijo Gollán.

Con respecto a la crisis salarial en las universidad nacionales, el pasado 22 de abril el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) emitió un comunicado en el que advierte que la situación de docentes y nodocentes de las universidades es crítica y solicita a las autoridades nacionales un plan de recomposición, advirtiendo que «el desfasaje producido entre la inflación acumulada y los incrementos recibidos desde noviembre del 2023 a marzo de 2025 es de más del 80 por ciento, lo que acentúa la precaria situación salarial de trabajadores de la educación superior que, en su amplia mayoría, perciben hoy un salario por debajo de la línea de pobreza”.

Como ejemplo de los proyectos que se ven interrumpidos por el desfinanciamiento del sector, Geffner se refirió a la situación que atraviesan en su instituto. “En nuestro casontenemos abortados proyectos en colaboración con universidades de Estados Unidos, para cura de HIV, otro sobre marcadores pronósticos de miocardiopatia chagásica, cuando tenemos en la Argentina más de 2 millones de infectados con Trypanosoma cruzi, que es el agente del Chagas. Y también está frenado otro proyecto relacionado con tratamientos para cáncer”, detalló. “La ciencia no frena pero, si nosotros frenamos, la gente se nos va”, agregó.

Galo Soler Illia, químico especializado en nanotecnología, director del Instituto de Nanosistemas de la UNSAM, expresó: «Jamás nos hemos enfrentado no solo a una política de austeridad, sino de hostilidad, de un Gobierno hacia el sector de ciencia y tecnología». Y sostuvo que «hoy tenemos que decidir si vamos a ser usuarios de tecnología o si vamos a ser generadores del nuevo mundo que se viene, pero en lugar de eso hoy ni siquiera se está ejecutando el dinero básico que se necesita para la ciencia en la Argentina, no estamos teniendo políticas de Estado».

Bruno Massare

Bruno Massare

Agencia TSS - UNSAM