Los fabulosos Five Guys.

Cinco personas están tomando decisiones que podrían cambiar el destino de todos nosotros. Elon Musk, Sam Altman, Bill Gates, Mark Zuckerberg y Sundar Pichai: algunos más conocidos, otros menos, pero todos ellos son sinónimo de poder.

Estos son los que llamamos los Five Guys que lideran las principales empresas que desarrollan, invierten y definen no solo el curso de la IA a nivel global, sino también el rumbo de la humanidad entera. Porque la inteligencia artificial ya no es algo del futuro: está en nuestras escuelas, hospitales, lugares de trabajo, elecciones y vínculos personales.

No es una crítica a que los Five Guys hagan negocios –tienen todo el derecho del mundo a hacerlo–, pero sí es un llamado de atención sobre algo mucho más profundo: ¿por qué nuestros gobiernos y representantes permiten que tecnologías que afectan el trabajo, la educación, la salud, la democracia y el planeta entero queden en manos de solo cinco personas?

No hay apocalipsis en puerta, ni teorías conspirativas. Pero sí hay una realidad: el futuro se está negociando en mesas a las que casi nadie fue invitado. Y tal vez ya sea hora de empezar a preguntar por qué.

Porque cuando se trata del destino colectivo… cinco no es multitud: es monopolio. Es necesario ponerle inteligencia humana al desarrollo para que el futuro no sea artificial.